Anécdota sobre la iluminación

 

Un sábado de enero de 2015, estaba en el local de la Asociación impartiendo un curso de Reiki. Y como había estado utilizando el video proyector, anteriormente había apagado las luces y continúe explicando el curso en cierta penumbra.

A media mañana, justo cuando estaba explicando la iluminación del Maestro Usui en el monte Kurama, se percata una alumna que el único rayito de luz que ha entrado a la sala lo tengo justo encima de mi cuaderno que tengo encima de mis piernas.

Miro hacia abajo y veo:

(Tarde un poco en hacer la foto y por ello se puede apreciar otra línea paralela un poco más arriba que comienza a aparecer)

Fue realmente sorprendente, el rayito de luz estaba justamente encima de la única foto de Usui de todo el manual. Miré por todo el alrededor en busca de más líneas de luz que se proyectasen desde la persiana de los ventanales y no encontré ninguna otra. Todo lo demás seguía en penumbra.

Ni siquiera se veía de donde procedía ese rayito. Comenzamos a hacer lucubraciones: que si del cristal de fuera, que si era un reflejo de otro sitio,...

Pasó un poco más de tiempo y el rayito comenzó a engrosarse poco a poco y ya sí, comenzaron a aparecer más lineas de luz.

Lo primero que uno piensa es en la casualidad, pero no es realmente una casualidad son muchas las casualidades que deben darse para que pueda suceder.

Primera, que esté la iluminación del techo apagada, estuve apunto de no llevarme el proyector y explicar todo sin hacer uso de él.

Segunda, olvidárseme volver a dar la iluminación interior.

Tercera, normalmente explico la historia del Reiki lo primero de todo, en esa ocasión la dejé para más adelante.

Cuarta, que el sol de enero entrase justamente en ese día, a esa hora.

Quinta, que solo entrase una linea, cuando la persiana es de láminas y va desde el techo hasta el suelo cubriendo todo el gran cristal del escaparate. Por lo menos la persiana es de dos metros de ancha por dos metros de alta.

Sexta, que yo en ese momento esté sentado en ese preciso sitio. Pues una baldosa más adelante, una más detrás, una más a la derecha o una más a la izquierda. Ya no lo vería. Para los cursos dejo un gran espacio y no tengo un sitio definido.

Septima, tengo el manual abierto precisamente por esa página. Llevo muchos años dando cursos y a veces solo miro el índice o me pongo a explicar sin pasar las páginas.

Octavo, es la única página que tiene su foto y el rayito cae justo en la parte superior de su cabeza, chacra corona. La foto podría estar colocada en otra posición y entonces no haberse dado este fenómeno.

Noveno, es el único rayito, el que está encima de la cabeza de Usui, el que se engrosa más y más. El más grande de todos.

Fue realmente una casualidad o una señal.

Pues no lo sé, pero fue bonito y emocionante a la vez.