Poesía del emperador Meiji número 9

(Foto hecha por el autor)

He visto en un pinar junto al mar como los árboles tocan con sus ramas a otros pinos que les rodean. Así, cuando sopla con furia el viento, la fuerza se distribuye a los demás y el empuje es así mucho mejor soportado. Allí mismo, también he visto como otros pinos aislados y no tan bien arropados quedaban totalmente inclinados o incluso directamente caídos en el suelo.

Pero el pino sobre la roca ti ene una fortaleza única, se alza solo majestuoso en el peor sitio y expuesto totalmente a toda la dureza del clima.

Cuando nos encontramos un pino erguido en la roca sabemos que no se trata de un pino cualquiera. Su fortaleza, firmeza y voluntad son únicas.

En Japón, el pino es un símbolo nacional. Representa la fuerza inquebrantable, la fidelidad a nuestros ideales a pesar de las peores circunstancias.

El pino de la fotografía no es un pino expectacular pero es un pino único para mí. Recuerdo que de joven cuando hacía excursiones por el campo con algún amigo, lo encontramos y nos gustaba sentarnos en su roca bajo sus ramas para meditar un rato. Sabiamos de alguna forma que era un lugar muy especial. Lo busqué hace unos meses para fotografiarlo y no lo encontré. Eso me entristeció bastante porque pensaba que se habría caído y no lo volvería nunca más a ver. He vuelto a buscarlo y al encontrarlo la emoción me embargó. Este pino está hecho de "otra madera". Rápidamente me volví a sentar debajo de él pero esta vez siendo muy consciente de todas las cualidades que abundan en él y que de algún modo me gustaría que me transfiriese.

No hay camino sin dificultades, más no por ello voy a retroceder o a achantarme. Voy a ser firme como el pino en la roca.

 

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